domingo, 11 de noviembre de 2012


Destacable reentré

Sin duda Kenny Werner echó en falta un piano en mejores condiciones, pero aún así el estado del Kawai y su cuestionable sonorización no le impidió manifestar esa excepcional concepción musical que lo posiciona como uno de los más destacados exponentes del jazz de la actualidad. Y es que algunas notas de afinación imprecisa y ecualización disonante no lograron mermar la calidad musical vivida en el reinicio de la novena edición del Jazz Voyeur Festival.



Un reinicio excesivamente discreto a tenor de la participación de un público escaso que hasta en el Xesc Forteza resultaba ínfimo; pero realmente destacable en cuanto a lo acontecido sobre el escenario.



Werner se presentaba con su última referencia musical grabada hace ya dos años en el Blue Note de Nueva York bajo el brazo y fue precisamente esta la que llenó la mayor parte de una velada iniciada con contención y que iría adquiriendo intensidad, soltura y decisión con su avance. Temas de largo minutaje con amplios desarrollos. Espacios abiertos a la improvisación que sin establecer un juego de diálogo ágil abogaría por el discurso personal de cada miembro del quinteto. Werner, el saxofonista Benjamin Koppel y el trompetista Randy Brecker, se repartirían en esencia el espacio sonoro sobre una rítmica impecable y exquisita compuesta por un preciso Scott Colley al contrabajo y un, demás, imaginativo y creativo Antonio Sánchez en la batería.
Sin abandonar el bop, ni un cierto y asequible lirismo melódico, la exploración sonora marcó el ritmo de una velada de gran calidad musical.



KENNY WERNER QUINTET. Jazz Voyeur Festival. Teatre Xesc Forteza, 20 de octubre.
Fotos: José Luis Luna

No hay comentarios:

Publicar un comentario