martes, 29 de mayo de 2012


Formosa canta Ferré y Casas

         Ester Formosa repite la fórmula de su anterior Formosa per Formosa en el que la cantante daba voz a las composiciones de su padre. No en vano la atmósfera musical guarda cierta relación con este nuevo lanzamiento con el que recorre una destacada producción del poliédrico –cantante, compositor, poeta, novelista y director de orquesta- y de origen monegasco Leo Ferré, traducido y adaptado por Joan Casas, del que también se incluye obra original. Y es que el arropo que confiere el trío formado por el trompetista Matthew Simon, el pianista Maurici Villavecchia –con quien comenzó a trabajar hace más de diez años-  y el contrabajista Horacio Fumero, es de autentico lujo, pues nos encontramos con tres grandes reputados de la escena jazzística además de auténticos músicos todoterreno.
         También se repite la fórmula, grabación en directo del espectáculo en el Lliure, porque todo procede de un montaje teatral de escenificación cabaretística, destinado a distancias cortas y que consigue arrastrar su intimismo hasta el aspecto más sonoro de repertorio selecto y degustación minoritaria.
         Tomando el título de la veterana canción de Ferré –si mi memoria no me falla aparece por primera vez en las grabaciones de 1961- en Thank You Satan, las síncopas del jazz envuelven, adornan y embellecen aún más la voz sensual, aparentemente frágil e insinuante de Formosa en ese juego entre la cançó y la chanson que a la catalana tanto le aprueba.




Chano personaliza el Kind Of Blue

         Tal vez el término ‘reinterpretación’ acabaría por ser demasiado simplista y ligero para determinar el resultado final y por ello ‘re-creación’ –volver a crear- definiría de forma más ajustada esta última producción para la Blue Note –segunda tras el magistral Piano Ibérico- del pianista Chano Domínguez. Y es que el gaditano toma como punto de partida el mítico e inflexivo Kind Of Blue –realmente existe un antes y un después- para desarrollar todo un nuevo espectro sonoro y musical que aúna, sin fisuras ni aristas, el ‘cool’ crepuscular de Miles Davis y el flamenco más jazzista y enraizado en la tradición a la vez.
         Flamenco Sketshes, título tomado de la composición rubricada entre el trompetista de Illinois y el pianista Bill Evans que figura en quinto lugar de la susodicha obra maestra, nos ofrece el directo realizado a finales de 2009 en el neoyorquino Jazz Standard con motivo de los actos de celebración del cincuenta aniversario de la obra madre. Una idea nacida en la 41ª edición del Festival de Jazz de Barcelona que muestra, sin paliativos, esa libertad que caracteriza y ha caracterizado la dilatada carrera de Chano y con la que se permite tomar y dejar de lado, en la misma medida y exigencia, aquellos elementos que cree oportunos.
Sin duda, más allá de celebraciones y homenajes, otra obra maestra de este mago, con piano por chistera, capaz de sorprendernos constantemente.



domingo, 20 de mayo de 2012


Bugge Wesseltoft, inspirado en los clásicos

 El jazz nórdico europeo ha ido marcando sus señas de identidad dentro del vanguardismo musical. Cuando parece que los ecos primerizos del saxofonista Jan Garbarek, experimentador incansable y de actualidad incontestable, suenan lejanos, toda una legión de nuevos músicos han seguido la estela hasta protagonizar la corriente más contemporánea, desde el desaparecido Esbjörn Svensson hasta la nueva musa del jazz noruego Sidsel Endersen pasando por los muchachos de Atomic, banda formada justo en el umbral del nuevo milenio.
Bugge Wesseltoft, es otro de esos nombres que mantienen la vigencia de la música improvisada nórdica en constante evolución protagonizando titulares en las más exigentes y especializadas cabeceras. Mientas en los noventa, alejándose de la tradición jazzística noruega, se erigía como máximo exponente del nu jazz, casi veinte años después nos ofrece su personal visión de nueve clásicos del jazz.
Songs recorre un repertorio de patrimonio internacional desmenuzando cada una de las líneas melódicas y sus armonías para adaptarlas a una pianística propia y tremendamente reflexiva. Pocas veces el Mancini de “Moon River” se ha mostrado tan intimista o el “Giat Steps” de Coltrane tan propio hasta hacerlo casi irreconocible. No faltan tampoco clásicos de los años treinta como “Darn That Dream”, “My Follish Herat”, “How High The Moon” o el magnífico “Lament” de J.J. Jonson.



Exquisiteces de Silvia Pérez Cruz

         Una larga trayectoria que se reparte esencialmente entre el jazz (Joan Díaz, Joan Monné, Perico Sambeat, Javier Colina o Jerry González) y el nuevo flamenco (Las Migas, Chicuelo o Duquende), sin olvidar la música castellana o latinoamericana,  se agazapa, siempre tan discreta como mayúscula, tras el nombre de Silvia Pérez Cruz; pero nunca antes nos había presentado ninguna producción bajo su nombre. Por tanto este 11 de novembre editado por Universal el pasado mes de abril, constituye su primer disco como tal, tras más de docena y media de colaboraciones.
         Y es que la cantante de Palafrugell parecía no tener ningún tipo de prisa para ocupar un primer plano y en cambio su popularidad ha crecido como la espuma en los sectores más exigentes.
         Ahora capitanea un álbum delicado, preciosista, con su característica voz frágil, esbelta y extremadamente exquisita, con la que se pasea a capricho sobre un mar de sensibilidades a flor de piel. Aunando castellano, catalán, portugués y gallego con la mayor de las naturalidades y coherencias, se desenvuelve de igual manera por el bolero, el jazz, el fado, el folk o la habanera en un trabajo nacido de la necesidad de demostrar que además de tener una de las mejores voces, es una gran compositora -rubrica la totalidad de las canciones-, buena instrumentista –toca guitarra, piano, acordeón, clarinete y saxos- y productora –firma el álbum junto a Raül Fernández Refree.